Matrimonio,
naturaleza e
institución
Autor: Cristina Cendoya de Danel
Naturaleza
La unión conyugal tiene su origen
en Dios, quien al crear al hombre lo hizo
una persona que necesita abrirse a los
demás, con una necesidad de
comunicarse y que necesita
compañía. No
está bien que el hombre esté
solo, hagámosle una
compañera semejante a
él. (Gen. 2, 18).
Dios creó al hombre y a la
mujer a imagen de Dios, hombre y mujer los
creó, y los bendijo
diciéndoles: procread, y
multiplicaos, y llenad la tierra y
sometedla.(Gen. 1, 27- 28).
Desde el principio de la creación,
cuando Dios crea a la primera pareja, la
unión entre ambos se convierte en
una institución natural, con un
vínculo permanente y unidad total
(Mt. 19,6). Por lo que no puede ser
cambiada en sus fines y en sus
características, ya que de hacerlo
se iría contra la propia naturaleza
del hombre. El matrimonio no es, por
tanto, efecto de la casualidad o
consecuencia de instintos naturales
inconscientes. El matrimonio es una sabia
institución del Creador para
realizar su designio de amor en la
humanidad. Por medio de él, los
esposos se perfeccionan y crecen
mutuamente y colaboran con Dios en la
procreación de nuevas vidas.
El matrimonio para los bautizados es un
sacramento que va unido al amor de Cristo
su Iglesia, lo que lo rige es el modelo
del amor que Jesucristo le tiene a su
Iglesia (Cfr. Ef. 5, 25-32). Sólo
hay verdadero matrimonio entre bautizados
cuando se contrae el sacramento.
El matrimonio se define como la alianza
por la cual, - el hombre y la mujer - se
unen libremente para toda la vida con el
fin de ayudarse mutuamente, procrear y
educar a los hijos. Esta unión -
basada en el amor &endash; que implica un
consentimiento interior y exterior,
estando bendecida por Dios, al ser
sacramental hace que el vínculo
conyugal sea para toda la vida. Nadie
puede romper este vínculo. (Cfr.
CIC can. 1055).
En lo que se refiere a su esencia, los
teólogos hacen distinción
entre el casarse y el estar casado. El
casarse es el contrato matrimonial y el
estar casado es el vínculo
matrimonial indisoluble.
El matrimonio posee todos los elementos de
un contrato. Los contrayentes son el
hombre y la mujer. El objeto es la
donación recíproca de los
cuerpos para llevar una vida marital. El
consentimiento> es lo que ambos
contrayentes expresan. Unos fines que son
la ayuda mutua, la procreación y
educación de los hijos.
Institución
Hemos dicho que Dios instituyó el
matrimonio desde un principio. Cristo lo
elevó a la dignidad de sacramento a
esta institución natural deseada
por el Creador. No se conoce el momento
preciso en que lo eleva a la dignidad de
sacramento, pero se refería a
él en su predicación.
Jesucristo explica a sus discípulos
el origen divino del matrimonio.
No habéis leído,
como Él que creó al hombre
al principio, lo hizo varón y
mujer? Y dijo: por ello dejará a su
padre y a su madre, y los dos se
harán una sola carne.
(Mt. 19, 4-5). Cristo en el inicio de su
vida pública realiza su primer
milagro &endash; a petición de su
Madre &endash; en las Bodas de
Caná. (Cfr. Jn. 2, 1-11). Esta
presencia de Él en un matrimonio es
muy significativa para la Iglesia, pues
significa el signo de que - desde ese
momento - la presencia de Cristo
será eficaz en el matrimonio.
Durante su predicación
enseñó el sentido original
de esta institución. Lo
que Dios unió, que no lo separe el
hombre. (Mt. 19, 6). Para un
cristiano la unión entre el
matrimonio &endash; como
institución natural &endash; y el
sacramento es total. Por lo tanto, las
leyes que rigen al matrimonio no pueden
ser cambiadas arbitrariamente por los
hombres.
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